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Agricultura y miner�a: un desarrollo integrado
Revisado de "Diario
la Rep�blica, 08/10/2005 "
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Rosemary Thorpx.
Siendo una persona que ha estudiado detenidamente el desarrollo del Per� y que conoce por ello el importante rol que la miner�a ha jugado en el pa�s, ha sido una sorpresa encontrarme recientemente con personas que piensan que en el Per�, �Oxfam est� en contra de la miner�a�. Muy por el contrario: Oxfam cree en una miner�a responsable y en pol�ticas p�blicas que promuevan dicho rol. En mi opini�n, hay que apoyar el desarrollo conjunto de la miner�a y la agricultura, y del sector rural en general, en el inter�s de todos los peruanos. Sin embargo, tal desarrollo conjunto es muy dif�cil de alcanzar y no suceder� si no somos muy claros y honestos sobre los retos que esto implica.
El primer reto es el hecho de que el crecimiento de un sector que produce divisas y es rentable siempre genera que otro sector que exporta o desea exportar (o compite con importaciones) sea en t�rminos relativos menos rentable y, por tanto, menos atractivo, por su efecto sobre la tasa de cambio. Este es un efecto puro del mercado, y un efecto pernicioso, dado que hace muy dif�cil a la industria o la agroexportaci�n sobrevivir, crecer, y crear empleo e ingresos. Los economistas llaman a este efecto una �enfermedad�: la Enfermedad Holandesa, luego de la experiencia de la bonanza petrolera de Holanda en los a�os 60.
El segundo reto se relaciona con que todo sector intensivo en tecnolog�a tiende a crear lazos d�biles con la econom�a local, y los m�s fuertes est�n fuera de la regi�n donde opera: en Lima o incluso fuera del pa�s. De modo que la actividad minera no conduce inmediatamente al desarrollo de la regi�n donde opera.
El tercero es el reto m�s conocido: el riesgo de da�ar el medio ambiente y, por tanto, la necesidad de contar con reglas claras y fuertes, buen control, y un comportamiento muy responsable de parte de las empresas y del gobierno.
Abordar estos retos de manera responsable requiere varias condiciones:
� Las empresas mineras tienen que aceptar que una porci�n significativa de sus ingresos debe fluir al resto de la econom�a, donde otras actividades estar�n de otro modo amenazadas por la �Enfermedad Holandesa�. Esto puede hacerse a trav�s de regal�as, impuestos o transferencias directas a programas locales.
� El gobierno a todo nivel debe contar con planes efectivos para construir infraestructura y proveer servicios con esos recursos, especialmente a nivel local, para contrarrestar el segundo reto se�alado. Los servicios incluyen microfinanzas y asistencia t�cnica para incrementar las actividades generadoras de empleo e ingresos a nivel local.
� El gobierno, la sociedad y las empresas necesitan mecanismos transparentes para limitar y monitorear los efectos ambientales de las operaciones mineras. Esto es tan importante que necesitamos involucrar a todos en la tarea.
� Los cientos de comunidades circundantes a la miner�a necesitan una mayor capacidad para generar y gestionar proyectos de modo que los recursos dirigidos a ellas puedan ser apropiadamente utilizados �las ONGs han trabajado con muy buenos resultados en este aspecto� pero su escala es a�n limitada. Los economistas hablan de la �capacidad de absorci�n� de un pa�s; idea igualmente pertinente a las comunidades locales pues ellas pueden tener en la pr�ctica una capacidad muy limitada de absorber fondos en el corto plazo. Es aqu� donde se hace indispensable el soporte de las ONGs.
� Los gobiernos regionales y locales tambi�n necesitan capacidad para el dise�o e implementaci�n de sus planes y programas de desarrollo. Gobiernos subnacionales activos y capaces son indispensables para incrementar la confianza, construir consensos y desarrollar una visi�n de futuro para sus regiones.
�Por qu� se requiere incluir a los actores locales? �Por qu� no es solo el gobierno o las grandes empresas quienes lleven adelante esto? Porque las personas tienen el derecho de construir su propio destino. La justicia requiere que la gente tenga voz en las decisiones que afectan sus vidas. Adem�s, la exclusi�n no es efectiva: los conflictos se generan cuando las personas no son incluidas en el di�logo. La inversi�n no vendr� sin una respuesta seria a las leg�timas demandas de las comunidades.
Dado que los tres retos deben abordarse conjuntamente, solo un esfuerzo estrechamente coordinado con la participaci�n de todos los actores involucrados tendr� �xito. El Per� est� en una situaci�n en la que las comunidades directamente afectadas encuentran dif�cil de confiar en el gobierno o las empresas. De all� que el primer paso sea construir un di�logo lo suficientemente abierto para que la confianza pueda construirse. El Per� ha dado un excelente paso a trav�s del �Grupo de Di�logo Minero� y varios otros esfuerzos regionales de concertaci�n. Con todo, el di�logo necesita abordar el contexto y los retos que he intentado describir aqu�.
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